[The study sculpture of Venus says of the food critic]:When he sits down at his desk and pulls the cord of the big copper lamp, and a ray of warm light flows onto my shoulders, I am reborn each time from this demiurgical light, I reemerge from nowhere, and this is the way it is fro him with the flesh and blood creatures who cross his path in life, they are absent from memory when turns his back upon them and, when once again they enter the field of his perception, they offer him a presence he cannot grasp. He looks at them, too, without seeing them, he apprehends them in a void, the way a blind man gropes before him, because the thinks he is grasping hold of something, when in fact he is merely stirring up evanescence, embracing the void. His watchful, intelligent eyes are separated from what they see by an invisible veil that hinders his judgment, renders opaque that which could, however, be so easily illuminated by his wit. And the veil is that of his rigidity, of the distraught autocrat, with his perpetual anxiety that the person opposite him might turn out to be something other than an object he can dismiss from his vision at leisure, that this person might not be a freedom that could recognize his own … When he looks for me, without ever finding me, when he at last resigns himself to lowering his eyes or to grabbing hold of the cord in order to annihilate my existence, he is fleeing, fleeing, fleeing the unbearable. How he desires other people; how he fears them. (p. 101-102) El crítico gastronómico Pierre Arthens se entera de que le quedan 48 horas de vida, así que comienza a rememorar todas esas partes de su vida donde el sabor y la calidad de la comida se convirtieron en toda una filosofía. Sin embargo, entre todos los alimentos que probó, hubo uno en especial que lo hizo sentir especialmente bien, sin embargo le cuesta recordarlo y con cada recuerdo siente que se acerca más y más a esa memoria tan especial.Además de eso se alternan varias historias desde la perspectiva de sus hijos, su esposa y otras personas.OK, honestamente no me gustó mucho EL FINAL, me pareció desabrido, aunque después lo pensé y me dije, siendo esta su primera obra supongo que quiso dar a entender lo que ella piensa de la sociedad burguesa ya en este libro, idea que después desarrollo a la perfección en la Elegancia del Erizo. Y a lo mejor quiso mostrar lo vacía que puede ser la vida de la gente rica y que tal vez los críticos gastronómicos no tienen razón de ser.Y a que me refiero con un final tan desabrido, pues por el sabor que estuvo tratando de rememorar durante todo el libro, fue decepcionante, no fue maravilloso y con maravilloso no me refiero a un final color de rosa, sino que no me sorprendió.De ahí en fuera, la forma en que describe toda la comida que prueba, hace que, aparte de dar hambre, también hace salivar mientras lees, sencillamente se antoja esa comida, a pesar de que el personaje de Pierre Arthens es en mi opinión un asco de persona.