"La Gesta del Marrano" probablemente sea la novela más célebre de Marcos Aguinis, y merece la celebridad que tiene por su brillante y riguroso retrato de una época, con detalles poco conocidos. El tema es interesantísimo, y la novela se lee fácilmente. Sin embargo, hay algunos excesos. La novela es larga, y hay partes que se podrían haber cortado sin que la historia sufriera. Algunas partes no parecen cumplir función alguna más que retratar algún aspecto de la época o reforzar alguna opinión del autor. La prosa de Aguinis también tiene sus defectos. Exagera en el uso de metáforas, con la consecuencia de que algunas parecen artificiales, como si las hubiese metido donde están por la necesidad imperiosa de escribir bien. Otras le quitan claridad al texto. A veces se le cuela algún término médico que no cualquiera entiende o que parece fuera de lugar en medio de una novela. Otras veces, para evitar la repetición de una palabra, la sustituye por una otra que llama la atención por sí misma en lugar de dejar que la prosa fluya (en particular, recuerdo que usó una palabra extraña en lugar de "burro" o "asno"). La prosa de Aguinis sería mejor si él hiciera menos esfuerzos por "escribir bien".La parte final del libro tiene algunos excesos también. Hay algún pasaje inverosímil, o que por lo menos desafía la "suspensión del descreimiento" del lector. La transformación del personaje termina en algunas acciones descritas innecesariamente con lujo de detalles y con una pomposidad que cansa.Sin embargo, si no se juzga al libro exclusivamente como novela y se tiene en cuenta su contenido informativo sobre una época interesantísima de la historia y sobre aspectos poco difundidos, como la salvaje persecución a judíos y "nuevos cristianos" de la época colonial, es claro que "La Gesta del Marrano" es un libro que debe leerse. Y es que el libro probablemente no haya sido concebido solamente como novela, como parecen demostrar las notas explicativas al pie (sería más efectivo, desde un punto de vista literario, arreglárselas para que esa información estuviera en el texto principal). O sea, el libro es mucho más que una novela, y al tomarlo como eso, como un libro de historia en forma de novela, se le perdonan casi todas las carencias, y se lee con sumo interés y, también, con el horror que representa el enterarse de algunos de los aspectos más siniestros de nuestra historia.
