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Players (1991)

Players (1991)

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3.26 of 5 Votes: 1
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ISBN
0099928507 (ISBN13: 9780099928508)
Language
English
Publisher
vintage

About book Players (1991)

Publicado en http://lecturaylocura.com/jugadores-d...“Jugadores” de Don Delillo. La obsesión de Delillo por reflejar la época en la que vivimos.La tormenta lectora que tuve el mes anterior ha tenido sus consecuencias; una de ellas ha sido el retraso “ad infinitum” de algunas reseñas, en particular de este “Jugadores” de Don Delillo, alentado indudablemente por el hecho de no ser precisamente una de las obras fundamentales del autor. Aun así, no quería dejar pasar el momento de comentar alguna de las ideas más interesantes que aparecen:1º El zapping televisivo como elemento de alienación primordial de nuestra sociedad; resaltando el carácter alucinógeno-repetitivo de lo que vemos en ella y cómo influencia nuestra manera de percibir el tiempo:“Lyle pasaba el tiempo viendo la televisión. Sentado en la penumbra a poco más de medio metro de la pantalla, cambiaba de canal cada medio minuto poco más o menos, a veces con frecuencia mucho más alta. No buscaba algo que pudiera suscitar y mantener su interés. No se trataba de eso. Simplemente disfrutaba con el destello de cada nueva imagen. Exploraba el contenido solo hasta cierto punto. El deleite entre táctil y visual que le procuraba cambiar de canales era aún mayor, y transformaba incluso los momentáneos contenidos aparecidos al azar en plácidas abstracciones territoriales. Ver televisión era para Lyle una disciplina como las matemáticas o el zen. Los anuncios, los cortes de emisión, los programas en español daban de sí mucho más, por norma, que la programación al uso. La naturaleza reiterativa de los anuncios le interesaba. Ver muchas veces idénticas secuencias era una prueba de fuego para sus recursos oculares, para su capacidad de seleccionar, de fraccionar el tiempo y subdividir cada instante. Rara vez ponía el sonido.”2º La percepción (ya manifiesta en la década de 1970) de que nuestro ombliguismo nos aisla cada día más de un mundo construido en una continua negación:“-¿De qué me estás hablando? –dijo Lyle.-Del mundo exterior.-Ah, ¿todavía sigue ahí? Creí que lo habíamos negado con absoluta eficacia. Creí que ese era el resultado final.”3º El sexo puede ser descrito sin abusar de los lugares comunes; Gaddis, Pynchon… y ahora Delillo, se unen a este selecto club:“Conocían las imágenes cambiantes de la similitud física. Era un vínculo tácito, parte de su conciencia compartida, el silencio minado entre personas que viven juntas. Acurrucado cada cual en las extremidades y siluetas del otro, parecían repetibles, células hijas de alguna división muy precisa. Sus lenguas derivaron sobre carne más húmeda. Este presentimiento de lo húmedo, una intuición de la naturaleza sumergida, fue lo que puso a cien uno con otro, a mordiscos, a arañazos de ansia. A él le supo a vinagre el pelo alborotado de ella. Se separaron un momento, se tocaron desde una distancia calculada, se sondearon introspectivamente, un intercambio complejo. Él se levantó de la cama para apagar el aire acondicionado y subir la ventana. La velada se había recargado de fragancias. Atronaba encima de ellos. Lo mejor del verano eran esas tormentas que llenan una habitación, casi medicinalmente, de climatología, de luz variable.”4ª “Jugadores” es uno de los mejores ejemplos de presagio del terrorismo y, en particular, de los atentados del 11S sin habérselo propuesto; la fuerza de las metáfora del World Trade Center que usa Delillo refuerzan lo ocurrido posteriormente y su importancia:“En la planta 83 de la torre norte, Pammy se las ingenió para pasar el tiempo ideando una pregunta que formular a Ethan Segal. Si los ascensores del World Trade Center eran sitios, tal como ella creía que lo eran, y si los vestíbulos eran meros espacios, como ella también creía, ¿qué era entonces el World Trade Center en sí? ¿Una condición, un acontecimiento, un suceso físico, una circunstancia existente y dada de antemano, una presencia, un estado, un conjunto de invariables?”5º La importancia de la tecnología, fundamentada en lo electrónico, como verdadero sostén de una realidad deshumanizada.“-Reciben amenazas. Están al tanto. Hay vigilantes a cada paso. Pero matar a alguien en el parqué… Nos vino dado. Sabíamos que algo íbamos a hacer. Rafael quería trastocar ese sistema, la idea del dinero mundial. Ese es el sistema que, según creemos, encierra su poder secreto. Es algo que flota sobre el parqué. Corrientes de vida invisible. Ese es el centro de su existencia. El sistema electrónico. Las olas, las cargas de uno u otro signo. Los números verdes en la pantalla. Eso es lo que mi hermano llama su manera de continuar, de seguir a pesar de la carne podrida, su prueba más íntima de la inmortalidad. No es por el grueso de ese dinero, tantísimo dinero, una montonera de dinero. Es el sistema en sí, la corriente.”6º La realidad fragmentada es la que nos da estabilidad; esta descomposición en partes con sentido da sentido a una realidad caótica:“Le resumió lo ocurrido en frases cortas, meros enunciados. Pareció servir de ayuda el descomponer la historia en segmentos coherentes. Suavizó el tormento surreal, la sensación de aberración. Oír la secuencia reafirmada de manera inteligible le supo en ese momento a algo más que a mero consuelo. Le aportó un punto focal, un punto diferenciado y nítido, en el que las cosas concebiblemente pudieran desvanecerse al cabo de un rato, caos y divergencias, enemigos de Dios.”7º La poca fiabilidad del lenguaje como transmisor de ideas:“Caminó bajo una marquesina de un albergue para vagabundos. Decía: TRANSITORIOS. Algo en esa palabra la confundió. Adquiría una tonalidad abstracta, como sucedía con las palabras en su experiencia (aunque no a menudo), si subsistían en su mente en calidad de unidades de lenguaje que misteriosamente se habían evadido de toda responsabilidad. Trans-isterias. Lo que transmitía no podía traducirse en palabras. El valor funcional se había deslizado fuera de la corteza, se había volatilizado.”Me han salido más cosas de las que me esperaba… Quizá no estaba tan mal el libro.Los textos vienen de la traducción del inglés de Miguel Martínez Lage de “Jugadores” de Don Delillo en Seix Barral.

I kinda wanted to put this book on my fantasy shelf because it was so far fetched. American Psycho is a similar book (Wall Street in late 80s-early 90s) with similar themes (the trouble that the young, rich, white folk can get up to in order to pacify their boredom), but was much better done. The opening "scene" (I say "scene" because it was more like a dream sequence) was almost retro-train yet simultaneously futuristic with the whole movie and piano bar section of a plane. Ultimately, it is a brush stroke of the novel; the four main characters (Pammy, Ethan, Jack, and Lyle) are all present (even though Jack is dead) without interacting, and the theme of terrorism is presented. Similarly, the motel "scene" at the end highlights Lyle's limbo (even though he should have returned to Pammy at this point). The brackets (if I may) are interesting and would make nice ambiguous short stories on their own; but I found them repetitious as part of the novel.I was struck immediately by the weird prescience of 9/11. This was written before any of the terrorist attacks on the World Trade Center, but was very spooky given the location and the terrorist theme (and I thought in-bad-form as a joke that Pammy works for the Grief Management firm). This was all especially true with: "To Pammy the towers didn't seem permanent. They remained concepts, no less transient for all their bulk than some routine distortion of light."The dialogue was annoying in its clipped nature. It was Checkovian at times (people talking past each other and focusing on their own agendas) but mostly just absurd. I got the jokes, but I didn't like the timing or think they were funny. I felt like if I had been part of any of these conversations, rather than laughing I would have been bored.I wasn't sure how to take the parallel conclusions (especially given that the straight man takes it from a strap on, while the gay guy sleeps with a woman), but I don't think DeLillo was making any real attempt at reality here. It was by far the most abstracted work of literature I think I've read.There were some nice turns of phrase, and Delillo has a great way with description at times: "There was a child's conspicuous immodesty in all this genital aggression. People off the streets looking for something to suck. Hand-held cameras searching out the odd crotch.""It was probably not an uncommon feeling among older children and adolescents that everyone knows your thoughts. It put you at the center of things, although in a passive and frightening way" "The second he touched her, touch turned to grip.""Money was spiritual indemnity against some unspecifiable future loss. It existed in purest form in his mind, my money, a reinforcing source of meditation."Overall it came across as a very constructed (almost haiku-ish) book. I preferred his other work (Underworld, Libra, and White Noise are those I have read) to this.

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My second DeLillo and I must confess that I liked Libra better. You recognize his style, the language is very rhythmical almost as a poem. Beautiful language but still he fails to engage. This style of writing describing the rich and blasé in a cold and superficial way is much better executed by Brett Easton Ellis in American Psycho and Imperial Bedrooms. It’s dirtier and truer, at least for me than the polished surface that DeLillo creates and that doesn’t really get under your skin. Pre 9/11 feelings both with World Trade Center and the terrorist cell that Lyle joins. Lyle and Pammy go different paths, interacts and mixes themselves with different bodies but in the end they come together again in the meaninglessness and boredom of twosomeness.
—Patrik Hallberg

my favorite thing about this book is the way the characters talk. they use incomplete sentences and often express only half-thoughts. but this is the way people talk. at first, it's slightly awkward to read this choppy style of conversation, but then the reader realizes how true-to-life it actually is. if you attempt to write down conversations with your friends verbatim, you'll realize that a lot of what is said does not translate particularly well to the printed word (for instance, i don't really talk like this). delillo does a great job capturing this idiosincracy of speach.
—Dan

Irredemable yuppies, empty lives, Maine as the ultimate vacation destination....trust Delillo to give Wall Street a different spin and turn modern heroics on its head. He may be the first person on the planet to have understood the scope of the attempted bombing of the NY Stock Exchange toward the end of the last decade, but probably not. Afterall, it had been attacked before, in words and with TNT, and no one targeting it considered it a big enough target by the dawn of the 21st century. An interesting book, but one that I did not find, ultimately, satisfying.
—Jon

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