Hace no mucho, en cierta conversación, confesaba que sí, que la mayor parte de productos culturales que me han producido un inefable vacío en el estómago tienen la peculiaridad de estar protagonizados por homosexuales. Al fin y al cabo, no podemos dejar las emociones en la mesita de noche cuando nos enfrentamos a determinadas historias... Esto es lo que me ha ocurrido precisamente con el libro de Tom Spanbauer. Pero, ¡ojo!, que un libro te toque de forma tan directa no significa que anule tu capacidad crítica. Y en casos como el de Ahora es el momento, es inevitable acabar con la sensación que la calidad emocional y la calidad literaria se han dado la mano.Resulta que Tom Spanbauer es el "maestro" de Chuck Pahlaniuk. Y eso, teniendo en cuenta que acabé por encallarme en el estilo repetitivo del autor de Fight Club, podría no ser del todo positivo. Así que, antes de abordar Ahora es el momento, intenté informarme sobre la llamada "dangerous writing": la escuela de Spanbauer enseña que hay que escribir sobre lo que nos avergüenza. Por ahí vamos bien. Pero también enseña que los personajes deben ir definidos por un conjunto de frases o conceptos recurrentes que se repetirán con frecuencia. Y eso es precisamente lo que me irrita, al fin y al cabo, del peor Pahlaniuk. Ahora bien, llegados a este punto es dónde se nota quién es el maestro y quién es el alumno, porque la pericia de Spanbauer reside en que sabe aplicar esta regla sin resultar simplista, ni repetitivo, ni efectista. Más bien todo lo contrario.Ahora es el momento es un libro autobiográfico, aunque Spanbauer no practica el género como algo autocomplacitente. La visión de su juventud es, más bien, visceral e incómoda. La historia se estructura como un puzzle al que te ves arrojado de forma violenta: en el primer capítulo se plantean todos los recuerdos de juventud en forma de vómito narrativo, de forma que estos sucesos desconocidos se quedan en tu cabeza hasta que, en el resto del argumento, poco a poco, se van desarrollando de forma natural y cronológica. La historia de Rigby John Kluesener está narrada con una transparencia desarmante: la voz narrativa, absolutamente genial, se pone al nivel del joven que, supuestamente, está explicando sus recuerdos más recientes. La palabra "difrente", así, mal escrita, por ejemplo, adquiere una importancia vital desde el principio de la trama: Rigby John reacciona con aversión al hecho de que sus padres utilicen esta palabra de forma incorrecta, sin ver (o sin querer ver), que es una palabra que jugará mucha importancia en su propia vida.En conclusión, Ahora es el momento narra eso que tantas veces hemos leído: el proceso de crecimiento de un niño que pasa a ser adolescente y ha de enfrentarse a ciertas decisiones y definiciones. En esta ocasión, sin embargo, habrá un componente añadido de lucha contra convenciones sociales y religiosas de la america profunda muy cercano a La Biblia de Neon (J.K. Toole). Spanbauer, sin embargo, en vez de optar por el autismo narrativo, se pone al nivel de los ojos de su protagonista (de él mismo, al fin y al cabo) y firma uno de esos libros que se te quedan dentro para siempre.
Original review August 31, 2009:I'm not going to lie, this book took a solid 100 pages to really get into. But once I was in, I was IN. All the way. I cried to have to turn the last page. It's like a cross between Steinbeck and Kerouac with some SE Hinton thrown in for good measure, a YA version of _East of Eden_.The setting (rural Idaho in the late 1960s) seemed pitch-perfect, the character was believable and engaging (once we got over our initial hump), and the emotional development was well done. I'm always a sucker for a Bildungsroman. Rigby's relationships are the heart of the book: with Billie, with George, with his mother. The ending is a little to "happily ever after" for real life, but by then I loved the characters so much that I would have been heartbroken had it turned out any other way.A book well worth the effort, I think. (Unless you take issue with male genitalia. C*ck and balls are two essential and oft-described supporting characters.)_________________________________________________Reread review August 1 2011:I didn’t remember all the details of the story, but I did remember very clearly how emotionally invested I was. So when I set out to reread Now is the Hour I was disappointed…at first. I remember crying over the ending the first time around and yet couldn’t seem to relate to any of the characters. Until.Until George Serano makes his “real” appearance in the book, technically his third appearance when he comes to work the farm. What I realize now is not that I loved the book, though it was well stylized and coherently written, that I loved so much as the relationship between Rigby and George. I love Rigby and George. And Grannie Queep. The last 100 pages of the book are far and away the best part. From now on, when I might just stick to rereading those last pages when I get a hankering for complicated relationships.
Do You like book Now Is The Hour (2006)?
Esta novela es una oda a la huida. Al hecho de perderse lejos de donde uno puede ser fácilmente encontrado. Un absoluto festival literario en el que el chico que huye nos cuenta en primera persona todo aquello que lo está empujando hacia direcciones desconocidas. Empujones violentos procedentes de brazos fornidos, corazones rotos y plegarias desatendidas. Un combo de aciertos y fracasos que lanzarían a cualquiera lejos de la palabra hogar.Spanbauer vuelve a hacerlo. Muchos años después de aquel El hombre que se enamoró de la luna llega Rigby John Klusener a contarnos cómo sucede el milagro de encontrarse a uno mismo en el contexto más inesperado. El secreto para tener la valentía de devolver la mirada al espejo que nos refleja.- Sexualidad - Religión - Magia - Fardos de heno - Queso - Embarazos - Tumbas - Cuerpos expuestosCon esta lista de la compra, cualquiera podría llevar al fracaso la mejor de las intenciones. Spanbauer da el Do de Pecho. Tira los artificios y lo que queda es la voz que nos constata una y otra vez: Hoy es un flamante día ¡No dejes de andar!
—Sergsab
I picked up Tom Spanbauer’s “Now is The Hour” at a Goodreads bookswap in Hollywood. The back cover looked promising and it had praise from other authors that I respect. This book fell flat and was well below my expectations. I felt more than anything, that the story needed drastic editing. It could have conveyed the same point with about a hundred less pages. Spanbauer uses repetition, with phrases and ideas, as a stylistic choice. It drove me nuts. I bogged down the pace. It’s a coming of age story, but after four hundred and fifty nine pages, I still didn’t feel like I had a clear idea of the main character. Maybe Spanbauer was trying to drive home the point that adolescence is confusing? I just felt muddled. Most of the characters felt like larger than life caricatures, but it didn’t fit, because most of the story was not outlandish. The female characters are particularly portrayed this way.I really did not like the ending. Without involving spoilers, the main character is involved in a crime. It should be shocking and should be a turning point. Instead, he just goes about his business, as if this big plot point is not so important or something he should be concerned about. It fizzles and is so frustrating.
—Karen Germain
I. freaking. LOVED. this. book. Loved it like.... two lips against two lips, soft with a kind of suck, tobacco, and the taste of pink. I loved Spanbauer's writing style, the strong voice he gave to Rigby John Klusener,Grandma Queep, the rural small-town America setting, the color of Billie Cody's nail polish (Midnight in Helsinki),the parmesan cheese, Georgy Girl and red neckties around bald heads, the four slices of roast beef served with Heinz 57 ketchup and mashed potatoes in the green bowl and gravy in the orange gravy boat and canned peas in the blue bowl and the butter plate and the bread plate with four slices of Wonder Bread and the salt and pepper shakers in the shape of milk cans, having and not having very good parades, Thunderbird, and Rigby John's revelation of "Fuck" as a way to address the world. Bless us O fucking Lord and these Thy fucking gifts, which we are about to receive through Thy fucking bounty, through Christ our fucking Lord.A-fucking-men!Fuck.Deep stuff, that.
—Karri