Creo que esta frase de T.S. Elliott, que el autor incluye al inicio de la 2nda parte, resume el mensaje del libro:"Hay épocas en que uno siente que ha caído a pedazos y a la vez se ve a sí mismo en mitad de la carretera estudiando las piezas sueltas, preguntándose si será capaz de montarlas otra vez y qué especie de artefaco saldrá."Joan Marés se recupero al tomar una perspectiva objetiva de si mismo tanto que se llegó a "convertir" o inventarse otra identidad, la de su amigo de la infancia Faneca. Se podría decir que Marés es un hombre debil o cobarde que se dejó llevar por el amor/obsesión con una mujer y que solo con volverse loco logró olvidarla. Sin embargo, a través de su transformación Fanequesilla renació y pudo seguir con su vida...cada quién hace lo que puede con lo que tiene.LA TRANSFORMACION(!):p. 79.De repente, por alguna extraña razón, Marés fue consciente de lo miserable e irreal que se había vuelto su vida. De la desesperación y la soledad que se agazapaban detrás de su mascarada y detrás del osito blanco...Llegó hasta ella y, cogiéndola firmemente por las caderas, encajó sus ingles en las nalgas respingonas y duras. Al mismo tiempo, mordisqueó la nuca dulce y floja, como de algodón. La señora Griselda dejó escapar un suspiro y mordió una oreja del osito blanco, abrazándolo con más fuerza. Marés la tumbó sobre la cama juntamente con el oso y rodaron los tres sobre la colcha celeste, en la que, ahora, él observó manchas de vino. Y entonces se abandonó feliz y confiado a esa apariencia, a esa ficción murciana y apasionada que estaba representando con peluca rizada y parche negro en el ojo, a ese personaje de trapo con rellenos de algodón y tan artificioso como el oso de peluche, aunque por sus venas, al menos en este momento, corriera fuego de verdad...
Por que é que ainda não escrevi nada sobre «O Amante Bilingue», de Juan Marsé. Porque ultimamente me tenho sentido com menos capacidade para transmitir o que cada livro me provoca e, ainda, porque este livro mexeu demasiado comigo. Não é a obra-prima que esperava mas, e esta foi mesmo uma experiência muito pessoal, conseguiu arrebatar-me de tal forma que o tinha de pousar ao fim de poucas páginas. Porque a esquizofrenia e bipolaridade da personagem principal - duas palavras que nunca são usadas - estão de tal forma latentes em todas as descrições, atitudes e pensamentos do protagonista, que me roubaram o ar e angustiaram bem mais do que umas simples letras impressas em folha de papel deveriam ter a capacidade de fazer.Fez-me pensar em Carlos Ruiz Záfon, muito pelos traços que Barcelona trazem ao romance, e leva-me a crer que este será mais um dos escritores que, a espaço de tempo, vou querer revisitar. Não é a obra-prima que pensava, apenas porque o final não teve a apoteose que, já na recta final, me passou pela cabeça que seria possível. Ainda assim, aconselho vivamente, ciente de que nem todos sufocam com as doenças da mente como eu. A descobrir.